En anteriores entradas hablamos de la definición de espacio geográfico, incluso también vimos algunas de sus características hoy de forma un poco rápida y sintética voy a intentar hablar sobre como podemos interpretar ese espacio geográfico y hablar sobre las diferentes formas de clasificarlo.
Empezaremos por mencionar a Olivier Dollfus, un geografo francés que basaba la interpretación en analizar aquello visible en el presente, a través de una triple perspectiva: los seres vivos que influyen los unos con los otros, los factores físicos y las transformaciones del ecosistema.
Esta forma de análisis nos daba como resultado que hay una homo0geneidad, una continuidad y una cohesión. Debemos tener muy claro cuales son los fenómenos que estamos estudiando, así como su distribución y ponderación, ya que hay que adaptarse a los diferentes tamaños que nos podemos encontrar. De igual forma, tampoco dejemos de lado los procesos de modelación que justamente han ido variando ese espacio.
Por ello, podemos adquirir un enfoque en términos de localización, histórico, espacial, de redes, movimientos y flujos, o las dualidades que se dan en el espacio geográfico.
Entonces entremos en el tema candente de la clasificación del espacio geográfico. Digo candente porqué aún los geografos no se han puesto del todo de acuerdo con unos criterios, la diversidad es tal, que se hace complicado encajar algo concreto. Aún así, si que hay algunas cosas que pueden ayudarnos.
Por ejemplo la teoría de Walter Chistaller, que se basa en que las ciudades actúan como centro de atracción de servicios y optas ciudades, formando una especie de hexágono.
Otra forma de diferenciar es entre rural y urbano. Aunque sinceramente, con la evolución del mundo y cada vez más espacio urbano, esta distinción se hace compleja de aplicar. Una última sería entre espacio pre-industriales, con una serie de características muy concretas, y las sociedades modernas, que dan otro tipo de organización y de relaciones.
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