Ferrara, ciudad del silencio

Ferrara, ciudad del silencio

Fue el escritor Gabrielle d’Annunzio quien puso el sobrenombre de la ciudad del silencio a Ferrara y a otras ciudades de Italia. La verdad es que mucho silencio no hay ya que, a parte del tráfico normal de vehículos y personas que tiene una ciudad cualquiera, Ferrara está llena de turistas que abarrotan su casco histórico. No es para menos ya que, quizás, es una de las ciudades más bellas de Italia. Su barrio antiguo es uno de los pocos de todo el país que conserva las murallas en su totalidad y de entre de ellas los monumentos se suceden sin parar. Hablemos un poco de su origen.

Un poco de historia de Ferrara

Ferrara es la ciudad más joven de la región de la Emilia-Romaña ya que su fundación se calcula que fue entre los siglos VII y VIII. La gente llegó aquí para refugiarse de las invasiones bárbaras y se establecieron dos núcleos de población separados por una rama del río Po, que desemboca no muy lejos, llamada Po Volano.

La ciudad siempre se mantuvo bajo el régimen de los Estados Pontificios manteniendo, sin embargo, su independencia. Esto llevó a diversas formas de gobierno local desde el marquesado hasta el ducado. La familia de los Este fue la más importante en su gobierno y la que más tiempo se mantuvo en las más altas estructuras de poder. A ellos se les debe el hecho que Ferrara se convirtiera en un centro cultural de primer orden con la llegada a la corte de científicos, arquitectos y pintores de los más destacados de la época. Entre todos estos podemos citar a Tiziano, Giovanni Bellini, Andrea Mantegna, Pico della Mirandola y Pietro Bembo. Muchas de sus obras se encuentran hoy en la pinacoteca de Ferrara. Fue precisamente en esta época, el quattrocento y el cinquecento, que Ferrara vivió su máximo esplendor y cuando se construyeron grandes edificios civiles y religiosos, también militares, de los que podemos disfrutar hoy en día.

La independencia de Ferrara se acabó cuando el último duque de Este murió sin descendencia. Entonces el gobierno de la ciudad pasó directamente a manos de Vaticano y así siguió hasta el 1860, año en el que se integró en el Reino de Italia.

La situación de la ciudad, en la llanura del río Po, el más importante de Italia, propicia que alrededor de ella se concentren desde antaño grandes extensiones de cultivos, en general cereales, que han sido la basa fundamental de la riqueza de Ferrara a lo largo de los tiempos. Hoy en día se debe añadir a la agricultura la gran cantidad de empresas y fábricas que se concentran en la cuenca del Po y que constituyen uno de los motores económicos más importantes de Italia.

Lugares de interés en Ferrara

A causa de los movimientos de la población para resguardarse de los ataques bárbaros a traves de los diversos brazos que hace el río Po en esta zona, que, en realidad, son islas, la ciudad tiene dos centros históricos. Uno al sur que es la ciudad medieval completamente rodeada de murallas, y otro al norte que es la ciudad renacentista.

Entre todos los edificios destaca el Castillo de los Este, una basta construcción con foso, puente levadizo y otras defensas, construido para proteger a la familia gobernante de los ataques del pueblo. La catedral de San Jorge es también un edificio remarcable. La parte más baja de esta es la más antigua y es de construcción románica. Se fue ampliando y completando con el paso de los siglos y, por tanto, tiene también todos los estilos arquitectónicos posteriores.

De los numerosos palacios cabe destacar el palacio ducal sede de la familia Este, el palacio de la Ragione. De hecho Ferrara es la ciudad pequeña de Italia que tiene más palacios hechos de terracota, es decir, tochos.

Ferrara es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO por lo que es una buena excusa para visitarla y también hacer un paseo por los alrededores ya que el paisaje en esta zona es bellísimo en cualquier época del año.

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