El turismo cultural comprende las visitas a ciudades y centros de población donde hay un patrimonio cultural, de tipo histórico y arquitectónico importante, como por ejemplo unas restas arqueológicas o muestras importantes de arquitectura religiosa.
Pero no se trata unicamente de visitar iglesias o edificaciones, ya que estos tipos de turismo tiene asociados efectos del turismo, ya que normalmente, el tipo de gente que realiza turismo cultural suele tener más recursos económicos, o está más dispuesto a invertirlos en la ciudad que visita.
Sin ir más lejos, algunas ciudades basan su marca comercial en sus edificios principales y sus cualidades culturales, como por ejemplo museos importantes, ruinas determinantes o características de su patrimonio cultural especificas. Algunas ciudades relacionan íntimamente su marca con algún aspecto de la ciudad, incluido parques, monumentos o cosas que se puedan visitar.
Los efectos se engloban dentro de los beneficios positivos del turismo, ya que quizá el turismo cultural es de los más respetuosos con el medio ambiente. Por ellos, los efectos ambientales del turismo cultural son más bien bajos, aunque depende en gran medida de la organización local, así como de las barreras protectoras que se lleven a cabo.
Al contrario que otros tipos de turismo, el turismo cultural suele ser menos masivo, y por ello los efectos del turismo son menores, muchas localidades pequeñas suelen montar diversos museos o atracciones anexas a cosas importantes y únicas que tengan dentro de ellas, por ejemplo, museos de restas arqueológicas o museos de casas y construcciones antiguas.
Por eso, vemos las campañas de publicidad que realizan muchos ayuntamientos y administraciones locales para atraer este tipo de turismo, porque realmente los beneficios son inmediatos y muy jugosos para la población. También tiene mucho que ver y afecta a la hora de organizar la ciudad y de construir servicios para los turistas, como por ejemplo un parking o zonas especiales para ellos.
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