En esta entrada os hablaré de la ciudad más fotogénica que he visitado. No importa saber o no de fotografía porque cualquier imagen que se toma en esta ciudad queda perfectamente bien, sin duda, una de las ciudades importantes de Italia que debes visitar. Esta ciudad es la Serenísima, es Venecia.
Un poco de geografía sobre Vencecia
La ciudad emerge sobre la laguna de Venecia, un lago de agua marina cerrado al mar por unas grandes lenguas submarinas de arena. Dentro de esta laguna se encuentran diferentes islas como las conocidas Murano y Burano. Venecia misma está compuesta de diversas islas, dos muy grandes, separadas por el Gran Canal, y otra más pequeñas que están surcadas por diversos canales más pequeños también o separadas de la ciudad en sí. El municipio también cuenta con la ciudad de Mestre, un enclavamiento en tierra firme.
El clima de la ciudad es frío en invierno y cálido en verano y las precipitaciones se reparten equitativamente durante todo el año. Aunque está en la ribera mediterránea, en este caso adriática, no tiene clima mediterráneo y en invierno, por ejemplo, hace más frío que en París.
Origenes e historia de Venecia
Parece ser que Venecia nació después que diversos pueblos del continente llegaran a estas islas huyendo de los invasores longobardos. Lo que en principió fue un lugar de pescadores fue evolucionando hasta convertirse en una de las potencias marineras más potentes que jamás haya existido en el Mediterráneo. Que estuviera en los límites con el Imperio Bizantino la favoreció mucho ya que se convirtió en eje de comercio entre oriente y occidente. En el siglo XIII Venecia es ya una potencia muy consolidada y extiende sus fuerzas por todo el Mediterráneo obteniendo posesiones mucho más allá de sus fronteras, posesiones que ayudarán a extender su comercio.
Pero todo imperio tiene su fin. El de Venecia llegó cuando se descubrió América y, sobretodo, cuando Vasco da Gama logró cruzar África por el cabo de Buena Esperanza. A partir de este histórico hecho, el comercio con oriente viró hacia esas latitudes y Venecia perdió mucho poder. Aun así mantuvo gran parte de su riqueza y supo reinventarse como centro logístico de mercancías. En el siglo XVI era una de las ciudades más refinadas de Europa y sus posesiones se extendían por la Lombardía, Dalmacia, Véneto, Ístria y Montenegro. La riqueza que existía en la ciudad era enorme y fuente de ello son los magníficos palacios e iglesias que se pueden contemplar hoy en día.
Aunque siempre bajo amenaza de los territorios vecinos, la República de Venecia logro mantener su independencia más de mil años, hasta que Napoleón la conquistó a finales del XVIII. Después pasó a manos del Imperio Austro-Húngaro época que duró hasta que se integró en el reino de Italia ya a finales del siglo XIX.
Venecia, siempre que se pudo mantener independiente, tuvo un régimen de república. El dux o doge, máximo dirigente de la ciudad, era escogido por los prohombres y, en teoría, el cargo era vitalicio aunque ninguno lo logró cumplir ya que ninguno era capaz de hacer contentos a todas las partes e juego. Y así, se reponía el cargo cada cierto tiempo.
Venecia es Patrimonio de la Humanidad. Quizás por ello, y por su fama, es una ciudad inundada de turistas de alrededor del mundo buscando las mejores fotos y los mejores secretos de la ciudad. Hasta cierto punto, se ha convertido en un escenario de cartón piedra hecho a medida de los visitantes. El turismo es, de largo, la industria más potente. Pero sobre la ciudad pesa el peligro de desaparición al que el fenómeno turístico está contribuyendo en fuerte medida. Y es que los fundamentos de la ciudad no son estables, nunca lo han sido, y poco a poco edificios y callejuelas se van hundiendo un poco más en la laguna. Hay proyectos para evitar su desaparición pero que se consiga o no, solo depende del tiempo. Por si acaso, no tardéis en visitarla. Vale la pena.