No es muy habitual asistir al nacimiento de un nuevo estado, como demuestra el hecho que, en la última década solo 3 nuevos países han sido reconocidos por la ONU (Serbia, Timor Oriental y Montenegro). Pero en las próximas semanas podremos presenciar un referéndum en el que, si la población así lo decide, se constituirá un estado nuevo en el corazón de África: Sudán del Sur.
Sudán del Sur, como su nombre indica, se encuentra en la parte más meridional de Sudán, de la que hoy es una región autónoma, limita con la República Centroafricana, la R.D. Congo, Uganda, Kenia y Etiopía, tiene 9 millones de habitantes y tiene como capital la ciudad de Juba. El río Nilo recorre la región de sur a norte y vertebra, junto con sus afluentes, su geografía y su economía.
El proceso que con toda probabilidad conducirá a Sudán del Sur a su próxima independencia ha sido largo y extremadamente doloroso. La descolonización que vivió África a mediados del siglo XX dejó en esta región del continente un nuevo país, la República de Sudán, con una población muy heterogénea en cuanto a lenguas, etnias y religiones y sin ninguna experiencia previa de organización política común. La división principal estaba entre la población del norte, mayoritariamente árabe y musulmana y la del sur, negra y animista o cristiana. Esta división acabó desembocando en una serie de guerras civiles y de revueltas que se prolongaron durante cuatro
décadas, hasta que en 2005 se acaba firmando un acuerdo de paz entre las partes en conflicto que establece la celebración de un referéndum de autodeterminación para el 9 de enero de 2011.
En caso de que la población sursudanesa avalara la independencia del nuevo país, no sólo se encontraría con un país con un nombre provisional y con mucho que reconstruir tras una larga guerra, sino también con una situación humanitaria que lo situarían entre los países menos desarrollados del mundo. Sin embargo, cuentan a su favor con los recursos naturales, ya que en el subsuelo de esta castigada tierra se hallan abundantes reservas de petróleo (el 85% de las de la actual República de Sudán)