Una de las cosas por las que Brest destaca a nivel turístico es por su Océanopolis, siendo uno de los mejores de Europa, solo hay que dar algunos datos para darnos cuenta de ello, por ejemplo tiene más de 10.000 criaturas marinas viviendo en él, con acuarios con unas capacidades que van desde los 50 al millón de litros.
Además, en el propio parque de Brest también encontrarás criaturas marinas de diferentes climas, como el polar, tropical y templado. Sin duda, es un lujo para todos aquellos amantes de los animales marinos, ya que no siempre se pueden ver tiburones, pulpos, caballitos de mar y anguilas eléctricas en tan poco espacio. Además, tampoco faltarán los vídeos, proyecciones y diferentes actividades culturales para niños y mayores.
Hablando de la propia ciudad, Brest ha sido desde los tiempos romanos un enclave importante, su puerto natural siempre ha tenido mucha actividad. Todo y que la ciudad ha participado activamente en diversos episodios históricos de la historia de la región y de la propia Francia, no podemos decir que sea una de aquellas ciudades de Francia especialmente bonita, de hecho, la mayoría de su casco antiguo fue destruido durante la segunda guerra mundial, por lo tanto no hay demasiado que ver. Quizá, lo que si se puede destacar de Brest sea el Pont de Recouvrance, un puente levadizo que es de los más grandes de toda Europa.
Dado la situación del parque, no hay demasiados problemas de hoteles ni tampoco para alojarse en la ciudad de Brest.
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